EL PÉNDULO

El péndulo marcaba con su tenue movimiento cada uno de nuestros silencios, clock… clock… clock…


Todo me daba vueltas, las botellas se apelotonaban rodando por el suelo.

Mis palabras resonaban con un eco difuso, parecían ser pronunciadas por otra persona, no reconocía mi voz y sin embargo mis labios se movían al compás de aquel ritmo.

Pretendía marcharse, no quería seguir escuchándome. Y yo, deseaba que se fuera, necesitaba saborear mi victoria 
en soledad.


Le vi alejarse… abrió la puerta y la cerró en un seco: clock…, percibí el sonido del motor al ser arrancado y el fuerte chirriar de los neumáticos, y luego... nada..., tan sólo el clock… clock… clock… del péndulo.


Mis gritos se amontonaban en mi garganta, para salir tan enérgicos y vibrantes, como jamás habría creído que se alzara mi voz. ¡NO!, ¡NO!. Gritaba unos fuertes ¡NOES!, gritaba y reía, por aquella fascinante palabra recién aprendida. Había costado tanto que mi lengua marcara ese nuevo sonido: ¡NO!, ¡NO!, ¡NO!.


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Desde entonces, a pesar del tiempo transcurrido, ¡NO! es mi respuesta a cualquier pregunta, a cualquiera. Un ¡NO! que llena mi pecho de poder. Lo arrojo, en ocasiones, como si fuera un arma de destrucción masiva.


Por ese motivo estoy aquí.


El psiquiatra del centro, opina que en algún momento mi mente bloqueo y confeccionó un final paralelo. Considera que el primer ¡no! que se escuchó aquella noche, no fue pronunciado por mí, si no por él.


Nunca le vi salir, ni cerrar la puerta, ni escuché el chirriar de los neumáticos.


Cuando llego la policía, aún sostenía el arma entre mis manos y él se desangraba tendido en el suelo, y lo único que yo articulaba incesantemente era un vergonzoso y torpe ¡no!


También afirma, que no había ningún péndulo en aquel lugar. Pero me niego a creerle, no es posible… le sentía resonar en mi cabeza… clock… clock… clock….


Incluso ahora, si cierro los ojos, lo oigo con su triste compás… clock… clock… clock….

Prueba conmigo… cierra los ojos… y atento, seguro que lo escuchas. Su ritmo es así: clock… clock… clock…

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